¿Quién no ha tenido algunas vez tizas de colores? ¿Quién no ha senido ganas de pintar toda la pizarra con ellas y de ese modo representar nuestras ideas?
Si abro el cajón de mi escritorio, al fondo, puedo observar una caja de tizas. Inutilizada; "sin estrenar".
Recuerdo que en mi infancia tenia una pizarra, parecida a las del colegio en la que operaba las cuentas que el profesor de matemáticas mandaba de deberes mientras simulaba que estaba explicando la clase; que era la maestra. Para ello tenía mis tizas: blancas, azules, amarillas... Podia pintar con ellas y dibujar una abanico de ideas del color del arcoiris, hacer manualidades, hacer los recuadros en el suelo para jugar a "la pita"...
Sin embargo, ya en Bachiller fueron instalando las nuevas tecnologías (TIC) incluyendo pizarras digitales, haciendo un uso abusivo de los proyectores cuando de antes solo era para explicar casos especiales...Y, de este modo, haciendo desaparecer poco a poco la tiza por el uso de un "ratón" o un puntero. Pero, menos mal, que aún en algunas clases eran necesarias aunque ya no tanto las de colores.
Por eso, cuando abro el cajón y las veo, me viene a la memoria la ilusión de sus colores.
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