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lunes, 22 de noviembre de 2010

¡Oh capitán, mi capitán! - El Club de los Poetas Muertos

Queridos lectores,

Robert Prust dijo: ''Dos caminos divergen en un bosque, y yo tomé el menos transitado de los dos, y aquello fue lo que cambió todo''.

En esta película se puede analizar las relaciones entre profesores y alumnos, la figura de un profesor renovador y la crítica a las instituciones tradicionales.

La película nos muestra que lo importante es lo que sean capaces de hacer los protagonistas de la educación, sobre todo los profesores, hacia los educandos con la adecuada formación. Además de la necesidad del apoyo politico y de la sociedad, asi como de los padres para poder conseguir educar a los alumnos.

También pone en cuestión todos los rituales de los colegios, las aulas, las bandas, ritos, campos deportivos, sombreros al aire, becas de fin de curso, orlas, actos académicos formales estilo muy norteamericano.

Estos ritos sirven para perpetuar formas de conducta y de vida. Reproducen continuidades entre generaciones. Suelen ser formas estereotipadas que sirven para socializar, o amaestrar u obtener súbditos obedientes y leales al sistema. Podría ser síntoma de una socialización alienante.

El profesor introduce un nuevo método de enseñanza de búsqueda común para que los alumnos puedan ser libres de tomar sus propias decisiones y se alejen del prototipo de sociedad al que van encaminados, y de algun modo, puedan "florecer" por sí mismos como personas. La creatividad es el único medio antídoto contra la repetición. De ahi que utilicen la expresión "Carpe diem". Son únicos y su momento es ahora.



 

Para muchos profesores esta película se ha quedado la trama de un profesor que incita a los alumnos a subirse sobre las mesas.





«Para que las vírgenes aprovechen el tiempo»
Coged las rosas mientras podáis
Veloz el tiempo vuela
La misma flor que hoy admiráis
mañana estará muerta



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